Annaliese Harper sabe que un pequeño error puede arruinar una carrera, incluso antes de que esta empiece. Dejar que tu jefe encuentre la extensa colección de pornografía en tu laptop es una forma. Dormir con él es otra. Liese se las arregla para hacer ambas cosas.
Como la nueva bibliotecaria de una prestigiosa preparatoria de una ciudad-pequeña, Liese es atraída por su sexy y carismático director, Ryder Whitehall -una atracción que ella se niega a reconocer dada su relación y su reciente liberación de un loco ex novio.
Liese está segura de que cierto flirteo con Ryder es el producto de su sexosa y privada imaginación... Hasta que él descubre su recopilación de porno digital en horas de trabajo y exige una reunión privada. A puerta cerrada, su atracción explota en algo peligroso y apasionado que, no sólo pone en peligro sus trabajos y reputaciones, pero más que nada, sus corazones.
ADELANTO
Liese estaba ajustandose la falda cuando su teléfono sonó. Hurgó dentro de su bolso y se encontró con que Marissa le había enviado un mensaje. Contra su mejor juicio, lo abrió. No había texto, sólo una foto, y era demasiado pequeña en la ventana de mensajes como para alcanzar a distinguir el contenido. Hizo clic en la imagen y está se expandió por toda la pantalla.
Un ruido que sonaba vagamente como un gato moribundo se le escapó. Marissa lo había hecho de nuevo. La cabeza de Ryder estaba sobrepuesta en el cuerpo bien dotado de una estrella porno, y esta vez la imagen también incluía a una mujer con la cara superpuesta de Liese, tumbada sobre la mesa, una muy parecida a la que estaba frente a ella.
—Hola.
Liese gritó, la había tomado completamente desprevenida. Se volteo para encontrar a Ryder de pie en la puerta de su oficina, apoyado sobre el marco, con su abrigo arrojado sobre su brazo, maletin en mano. Su saco sin abotonar, dandole un aspecto más relajado de lo habitual. Y más sexy. Si eso era posible.
—Lo siento, no fue mi intención asustarte —dijo. —Parecías muy concentrada en lo que estabas leyendo justo ahora.
Liese pulsó un botón de su teléfono y la pantalla se puso en blanco. —Era mi amiga —explicó.
Ryder la miró fijamente, sin pestañear.
A su falta de reacción, ella añadió —: Mi mejor amiga... ella me está esperando más tarde esta noche. Sólo estaba confirmando.
—Oh. —Parecía aliviado por alguna razón que ella no podía comprender. —¿Te estoy interrumpiendo? Podemos reprogramar esto para la próxima semana si necesitas irte.
—No, no, está bien. Estoy feliz de reunirme contigo, a menos que tengas otro compromiso. — Liese deslizó el teléfono en su bolso, apagando el volumen mientras lo hacía.
—No tengo compromisos previos.
Se miraron el uno al otro durante segundos interminables antes de que Liese se diera cuenta que estaban en su territorio, y debería haberlo invitado a entrar. —¿Te gustaría trabajar en mi oficina o fuera? —Liese hizo un gesto hacía la biblioteca vacía más allá.
Él hecho un vistazo por encima de su hombro y luego miró a su alrededor. —Creo que tu oficina sería más privada.
—Claro. Bien. — Liese asintió agarrando el respaldo de su silla.
—A menos que estés más cómoda trabajando por allá. —Agregó Ryder, mirándola especulativamente desde su lugar en la puerta.
—¿Que? Oh, no. De ninguna manera. Estoy perfectamente cómoda contigo en mí.
La sorpresa de él, dio lugar al horror de ella.
—¡En mi oficina! Estoy perfectamente cómoda trabajando contigo en mi oficina.
Me parece que será un libro buenísimo. ¿Ustedes qué dicen?
